Índice de contenidos:
- ¿Qué es más importante, que el embalaje sea resistente o sostenible?
- ¿Qué materiales son los más adecuados? ¿Cuáles tienen mejor relación sostenibilidad-protección?
- ¿Por qué en Brafim seguimos proponiendo embalajes con materiales plásticos como las espumas o los poliestirenos?
- ¿Qué impacto tiene para el medio ambiente la rotura de productos?
- ¿Podemos demostrar que mejoramos la huella de carbono? ¿Cómo lo hacemos?
Para mayor profundidad sobre el tema, compartimos también por escrito las preguntas y respuestas de Enric Fiestas:
¿Qué es más importante, que el embalaje sea resistente o sostenible?
Enric Fiestas responde a esta pregunta con una de nuestras premisas: el embalaje no es solo una pieza, sino una solución.
El embalaje debe ser una solución estudiada de forma global para que sea lo más sostenible posible. Es importante encontrar el equilibrio entre diferentes aspectos: fiabilidad, resistencia, volumen, reciclabilidad, etc. Todos ellos, aspectos que determinan si una solución de embalaje es ecológica o no.
Tal como explica Enric, de nada sirve un embalaje ecológico pero muy voluminoso o muy pesado que consume una gran energía durante su reparto. Y por supuesto, de nada sirve un embalaje ecológico que no sea eficaz y que genere muchas roturas.
¿Qué materiales son los más adecuados? ¿Cuáles tienen mejor relación sostenibilidad-protección?
Realmente, no existe un material estrella en lo que se refiere a relación entre sostenibilidad y protección de los embalajes. Tal como dice Enric Fiestas, no existe un material adecuado o no.
Para encontrar una correcta relación entre protección y sostenibilidad, es necesario realizar estudios. En Brafim contamos con un equipo especializado que realiza estudios para encontrar la solución global que reúna el equilibrio entre protección y sostenibilidad para cada uno de nuestros clientes.
Como aclara Enric, no es una tarea sencilla. Además, hay ocasiones en que los clientes toman decisiones respecto a los materiales de su embalaje que les parece muy eco, pero que realmente no lo son. Por eso, es necesario cuestionarlo todo de nuevo desde una perspectiva más objetiva. Por ejemplo… ¿Realmente las bolsas de papel son las más ecológicas? Las de plástico se pueden reutilizar múltiples veces mientras que las de papel se rompen fácilmente en pocos usos.
En este punto, Enric Fiestas y todo el equipo Brafim defiende que es necesario que las autoridades sin ideas preconcebidas sean las que legislen y nos ayuden a tomar decisiones correctas.
¿Por qué en Brafim seguimos proponiendo embalajes con materiales plásticos como las espumas o los poliestirenos?
Enric afirma que no es incompatible que una solución de plástico sea eco.
Dicho esto, es importante recordar que el embalaje protector es parte del producto y tiene una función clave. Sin el correcto embalaje el producto no llegaría en buen estado.
En Brafim buscamos el material más idóneo para que la solución de embalaje sea la más eficiente, efectiva y respetuosa con el medio ambiente. Por ello, creemos que no es incompatible una solución en plástico si es la que asegura cero roturas y el mínimo espacio de transporte.
Además, actualmente en Brafim estamos trabajando con plásticos con un altísimo nivel de material reciclado en su composición.
¿Qué impacto tiene para el medio ambiente la rotura de productos?
Este punto es el gran desconocido para la gente, ya que mayoritariamente nos fijamos en el CO2 del embalaje y no en el del producto.
¿Sabías qué? Según Climatop, la fabricación de un televisor de 47” LED supone 103 kg de CO2 a la atmósfera. Esto equivale a 100 kg de polietileno expandido reciclado, material con el que se podrían hacer 500 embalajes. Por lo tanto, ecológicamente hablando, por cada televisión que consigamos que llegue bien al cliente (sin roturas), ahorramos 500 embalajes. Es decir, un solo televisor roto equivaldría a tirar 500 embalajes en términos de CO2.
Si por el hecho de utilizar el material adecuado hacemos que el producto llegue bien, que no se rompa, la diferencia entre un “mal embalaje” y uno bueno en términos de CO2 es muy pequeña.
Por ejemplo, si la diferencia entre una solución eco y una a priori “menos eco” pero más eficiente es de 50 gramos de CO2, ambas soluciones tendrían el mismo impacto medioambiental. Es decir, tendrían el mismo impacto 2000 embalajes no eco que 2000 eco si con la solución “menos eco” se rompe un solo producto menos que con la solución eco.
En conclusión: los embalajes que priorizan la protección del producto y reducen las roturas mejoran también la huella de carbono global, ya que si logramos reducir la tasa de roturas eliminamos también la huella de carbono de todos aquellos productos que se desechan.
¿Podemos demostrar que mejoramos la huella de carbono? ¿Cómo lo hacemos?
Para medir la huella de carbono de nuestras soluciones hemos incorporado como colaborador a ITENE (laboratorio de impactos), quien nos desarrolló una herramienta a medida para el cálculo del impacto de CO2 para nuestros diseños en distintos materiales, así como información de la huella de carbono del producto a embalar.
Todo ello es de gran importancia para escoger la mejor solución desde todos los ámbitos posibles.
¿Quieres una solución personalizada de embalaje para proteger tus productos de una forma más sostenible? Contáctanos.