Hablemos de la huella de carbono
La huella de carbono de los productos fabricados, mide el impacto que estos tienen en el cambio climático. Existen otros tipos de huellas, como por ejemplo la huella hídrica que mide el consumo de agua dulce necesaria para producir un bien o servicio.
De todas formas, esta vez nos centraremos en la huella de carbono, ya que es la que más nos afecta. ¿O es que acaso no estamos viendo cada día los efectos del cambio climático?
El embalaje… ¿El malo de la película?
No sabemos por qué, pero la sociedad tiende a considerar los envases y embalajes como grandes consumidores de CO2. Sin embargo, ¿qué pasa con el bien envasado o embalado? ¿Acaso este no consume CO2?
Es un hecho: el embalaje es parte esencial del producto, sin él el producto no queda protegido.
Según datos obtenidos de Climatop… La fabricación de un televisor, en concreto un televisor de 47 pulgadas LED, consume 500 veces más CO2 que su embalaje de poliestireno expandido o porexpan.
Proporciones similares se producen con cualquier producto. Por ejemplo, la fabricación de una silla consume 36 kg de CO2 mientras que su embalaje solo 0,1 kg CO2.
Es entonces cuando aparecen algunas justificaciones… Pero no sirve decir que el televisor dura más, ya que el embalaje se tira inmediatamente. Basta con guardar el embalaje hasta el fin de los días del televisor, para ver que por cada producto consumido solo se utiliza un embalaje. Un día el televisor dejará de funcionar y se llevará a reciclar, igual que su embalaje.
¿Deberíamos ser todos vegetarianos?
Seguramente si has empezado a leer este artículo es porque te ha llamado la atención su fotografía. Así que volvamos al bistec.
¿Sabías qué?… Según National Geographic, solo 100 gramos de bistec de ternera ya consumen 0,7 kg de CO2, mientras que la bandeja no llega a 0,013 kg.
¿Cuál es el problema? Pues que mientras sigamos hablando únicamente de la bandeja de EPS, no hablamos de cómo reducir el CO2 en la producción de carne.
Es hora de cambiar nuestra forma de pensar y ver las cosas con otra perspectiva. Los embalajes no existen porque sí, sirven para proteger otros productos y estos también consumen CO2. Re-eduquémonos para lograr un mundo más sostenible.
Por nuestra parte, seguimos trabajando para reducir la cantidad de materiales utilizados en nuestros embalajes, desarrollar diseños más eco-friendlies y por supuesto, trabajar con materiales reciclados y reciclables. Todo ello, manteniendo una protección eficaz del producto.
Brafim, por una sostenibilidad medible.