¿Qué diferencia hay entre envase y embalaje?
¿Alguna vez has confundido estos dos términos? Seguro que en alguna ocasión has querido referirte a uno utilizando el término del otro. Es completamente normal, ya que muchas veces unimos mentalmente envase y embalaje. Veamos qué diferencia hay entre ellos:
– Envase: es el que contiene el producto y está en contacto directo con él.
– Embalaje: su función principal es proteger el producto durante su almacenamiento y transporte hasta el lugar de destino para su consumo.
Viéndolo así, es evidente que no es lo mismo el envase de una pasta de dientes que el embalaje hecho con una caja de madera para una máquina expendedora de café. Son conceptos distintos que equivalen a industrias distintas y, por lo tanto, a sistemas de desarrollo y producción diferentes y a problemas de materiales, calidades y reciclado completamente distintos.
Diferencia entre envase y embalaje: necesidades de reciclaje
Los problemas de reciclado de los envases y embalajes son muy diferentes entre ellos. No es equivalente la problemática de reciclar los millones de envases de leche hechos con Tetrabrick Ⓡ o cualquier otro material que el reciclado del embalaje de cualquier bien de consumo, por ejemplo un televisor.
Debido a la altísima frecuencia de consumo de los productos envasados, las necesidades en kilos de material a reciclar y unidades a gestionar es muy superior a la de los embalajes. Esto hace que la gestión de su reciclado sea muy distinta; pero a veces tendemos a mezclar envase y embalaje en un mismo saco y adoptar medidas erróneas, tanto a nivel administración como nosotros mismos. Por ejemplo, crear el diseño del embalaje como si fuera un envase no es correcto, ni la problemática que deben resolver ni su uso es el mismo, hay que afrontar los dos problemas de distinta manera.
El reto del embalaje: mejorar la sostenibilidad manteniendo la protección
Aunque envase y embalaje sean conceptos distintos, los dos tienen algo en común (igual que cualquier cosa que se fabrique): minimizar su impacto ambiental.
En Brafim creemos que es lógico trabajar para reducir volúmenes y cantidades de materiales siempre y cuando se mantengan las propiedades de protección, en el caso del embalaje.
Cambiar el plástico de los envases puede ser una solución válida para la industria del envase, pero otra cosa muy distinta es querer suprimir los elementos amortiguadores como el EPS (poliestireno expandido) o las espumas de polietileno en aras de utilizar otros materiales, ya que a día de hoy no existen elementos amortiguadores multi impacto que no provengan del plástico. En cambio, para protecciones que solo busquen garantizar su éxito en una única caída, el abanico de soluciones en cuanto a materias primeras es más amplio.
El reto del embalaje: mejorar la sostenibilidad manteniendo la protección
Aunque envase y embalaje sean conceptos distintos, los dos tienen algo en común (igual que cualquier cosa que se fabrique): minimizar su impacto ambiental.
En Brafim creemos que es lógico trabajar para reducir volúmenes y cantidades de materiales siempre y cuando se mantengan las propiedades de protección, en el caso del embalaje.
Cambiar el plástico de los envases puede ser una solución válida para la industria del envase, pero otra cosa muy distinta es querer suprimir los elementos amortiguadores como el EPS (poliestireno expandido) o las espumas de polietileno en aras de utilizar otros materiales, ya que a día de hoy no existen elementos amortiguadores multi impacto que no provengan del plástico. En cambio, para protecciones que solo busquen garantizar su éxito en una única caída, el abanico de soluciones en cuanto a materias primeras es más amplio.
En el caso del embalaje, creemos que es justificable trabajar con materiales plásticos si tenemos en cuenta que su objetivo es proteger un producto de alto valor y que, en la mayoría de los casos, no es 100% reciclable. Hablamos de electrodomésticos, piezas de sanitarios, espejos, muebles, etc. En estos casos, si el embalaje no cumple su función de protección y el producto sufre una rotura, el coste medioambiental de tener que desechar el producto será mucho mayor al de reciclar el material plástico del embalaje.
Especialistas en embalaje sostenible
La sostenibilidad es uno de nuestros pilares más importantes. Por eso Brafim se compromete a minimizar los recursos fósiles, optar por elementos reciclables y encontrar la solución con menor huella de carbono, todo ello con la prioridad de que el producto embalado llegue bien, ya que si se rompe por utilizar materiales “eco” pero ineficaces, habremos fracasado desde el punto de vista medioambiental.
En Brafim diseñamos embalajes a medida que protegen el producto de forma eficaz y reducen notablemente las roturas, y que además reducen la huella de carbono de nuestros clientes, ya que minimizan el espacio necesario para su almacenaje, facilitan las operaciones de picking y optimizan el espacio de carga en el transporte.
¿Quieres saber más sobre nuestras soluciones sostenibles para embalaje industrial? Contáctanos, nos encantará informarte.