Brafim en estos últimos años ha renovado numerosos elementos que componen su estrategia, incrementando su capacidad productiva, focalizando su presencia en el mercado industrial, orientando sus productos hacia la sostenibilidad, y un buen número de pequeñas decisiones que hacen redefinir y actualizar la estrategia cada día.
A menudo en las empresas industriales todo evoluciona con rapidez, menos la marca y su imagen, lo que suele hacerse evidente con el paso del tiempo y finalmente pasa factura obligando a cambios drásticos y dolorosos en su branding. Lo inteligente y rentable en estos casos es evolucionar lo que funciona incorporando elementos que hagan mantener el atractivo de una marca.
De esta forma Brafim actualiza su marca incorporando una tipografía de letra más actual, en la que el grosor de sus trazos es más uniforme y mayor el espacio entre sus letras, facilitando así la lectura.
Son pequeños cambios apenas perceptibles si no comparamos detalladamente las dos versiones una contra la otra, pero el resultado a simple vista hace que la nueva marca se vea más atractiva.
La imagen de Brafim está basada en una tipografía potente, seguramente inspirada en marcas como BRAUN o BASF que utilizan tipografías muy poderosas por así decirlo, letras grandotas y contundentes basadas en la construcción de retículas, muy habitual en el diseño en sectores industriales.
Con la nueva imagen se mantiene la esencia de la marca, pero el principal reto que propone el re-stilying radica en la cromática, ya que los colores actuales (gris medio y granate) ofrecen ciertas dificultades en su aplicación corporativa para determinados elementos.
Así el amarillo KODAK (ya empleado para Scudo), combinado con un gris plomo muy oscuro casi negro, son los protagonistas del nuevo logotipo, ofreciendo una imagen industrial mucho más actualizada.
Y es aquí donde nos encontramos ante un nuevo panorama donde la marca luce con renovada energía, ofreciendo mayores posibilidades de aplicación corporativa.
Por último cabe destacar la utilización más rica del imagotipo que también ha sido ligeramente rediseñado para que tenga una imagen homogénea a la del logotipo, su utilización ahora adquiere un mayor protagonismo y múltiples opciones de uso.
Una actualización de marca para que una empresa, que ya pasa de los 30 años, siga viéndose joven y potente para competir en el mercado y alcanzar nuevos retos en un futuro próximo.
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